La Ciudad Metropolitana de Génova, anteriormente Provincia de Génova, administra el archivo histórico del antiguo Ippai, Instituto Provincial de Protección y Asistencia a la Infancia, organismo perteneciente a la antigua Provincia que, con diferentes nombres, durante más de un siglo, desde 1873 hasta los años ’70 y ‘80 del siglo XX (el progresivo desmantelamiento comenzó en 1978 y se completó unos diez años más tarde) rigió los orfanatos del territorio. El archivo contiene, por lo tanto, documentos relativos a la historia personal de los niños abandonados cuya gestión, en consecuencia, es extremadamente delicada, al estar sujeta a estrictas normas de protección de datos personales: además de los registros de los niños acogidos hay asimismo una cantidad notable de otros documentos siempre relacionados con los infantes abandonados, las conmovedoras "señales de reconocimiento" que las madres dejaron a sus hijos para hacer posible un reencuentro futuro, y que constituían el único elemento de identidad de los niños.
El archivo de los Esposti del ex Ippai, ahora propiedad de la Ciudad Metropolitana ex Provincia de Génova y conservado en la sede de Via Maggio en Quarto, recoge no solo la documentación producida por Ippai y por las anteriores instituciones, siempre pertenecientes a la Provincia, las cuales se ocuparon de los niños abandonados en Génova durante más de un siglo a partir de 1873, sino también papeles más antiguos de algunas décadas, los cuales se remontan hasta el año 1806 y producidos por instituciones que precedieron a la Provincia en la misma zona: antes de 1873 y desde el siglo XV, de hecho, en Génova fueron el Hospital de Pammatone y luego los Hospitales Civiles que se ocuparon de la asistencia a los 'expuestos', a través de los Ospizi degli Esposti gestionados por comisiones especiales, siguiendo una antigua costumbre de la República de Génova, luego establecida por el sistema francés y dejado sin cambiar por el de los Saboya.
Los Ospizi degli Esposti , pertenecientes al Hospital Pammatone, la mayor institución de salud genovesa, se citan en la introducción del Estatuto orgánico del Hospicio de Niños Abandonados de Génova en 1873, a saber el Ippai en su nombre primitivo: “Como se puede ver en una bula papal del Papa Alejandro VI del 26 de marzo de 1496 autorizando la cuestación para el hospital de Pammatone, esa Obra tenía el propósito específico de recibir y criar a los niños, tanto legítimos como espurios, abandonados por sus padres; ya en aquel entonces estaba asociada al hospital de Pammatone, cuya administración siempre dirigía el servicio de los expuestos. Hasta principios del presente siglo (siglo XIX, ed.), Liguria no tenía otro refugio (...) y hacia el Hospicio de Génova huérfanos de las dos Riviera iban dirigiéndose, cuando su crianza no podía de otro modo ser atendida. Pero cuando Liguria fue anexada al Imperio francés (...) fue necesario abrir otros albergues en las dos capitales a igual distancia de Génova, y así se construyeron dos hospicios en Savona y en Spezia. La Restauración en lugar de restringirlos tuvo que aumentarlos (...). El rey Carlo Felice después de haber fragmentado su ya pequeño estado en pequeñas provincias, con el RR.PP. del 15 de octubre de 1822 prescribió que en cada uno de ellas debería haber una administración especial para los expuestos, por lo que se añadieron otros dos hospicios en las dos provincias, ahora Circondarii, de Chiavari y Albenga. (...) La administración de los expuestos, bajo los ordenamientos jurídicos franceses, estaba encomendada a las denominadas Comisiones de los Hospicios, que también se encargaban de la administración de los hospitales (...) En la actualidad todavía son las administraciones de los hospitales locales que detienen el gobierno de hospicios de expuestos, anexos a los hospitales, con los que tenían presupuestos comunes hasta hace unos años”.
Entre los artefactos históricos que se conservan en el Archivo, uno de los más conmovedores y llenos de dolorosos recuerdos es sin duda la rueda de exhibiciones, una de las tantas existentes en la ciudad en conventos de monjas y orfanatos, un tambor rotante de madera sobre el que las madres dejaban sus niños al cuidado de las instituciones designadas para ello. Las madres que abandonaron a sus hijos eran mujeres jóvenes que no podían cuidarlos porque eran pobres o estaban enfermas o no querían hacerlo al considerarse ellos 'fruto del pecado', o mejor dicho de una relación extramatrimonial o una violación, como les sucedía a las sirvientes de las familias ricas. Tampoco faltaban los niños abandonados por ser discapacitados.
En el siglo XIX estos niños abandonados sobre ruedas en Génova acababan como susodicho en los Hospicios de expuestos, que eran gestionados por los Hospitales Civiles, a saber, por la administración de Pammatone, hasta 1865: en ese año una ley atribuía la asistencia de los niños abandonados, así como el de los enfermos mentales, a las nacientes Provincias, nuevas divisiones administrativas del Estado unitario reflejantes el modelo francés. La Provincia de Génova instituyó así en 1873 el nuevo Hospicio para niños abandonados, con sede inicial en el Conservatorio de Nostra Signora del Rifugio en Monte Calvario, y ordenó que el Hospital Pammatone entregara al nuevo Hospicio “los papeles contables, los registros, las señales de reconocimiento” de la administración anterior de los Hospicios de los Hospitales Civiles Expuestos (cuyo archivo hoy se conserva en la administración del Hospital San Martino) lo cual pasó por la documentación más reciente, desde 1852 a 1873.
En 1929 el hospicio de niños abandonados cambió de nombre, convirtiéndose en Brefotrofio Provincial con la supresión simultánea del hospicio Chiavari, y poco después, en 1931, se inició un movimiento importante: se estableció un consorcio entre Gerolamo Gaslini, fundador del gran complejo para la atención y asistencia a los niños, que todavía existe, la Provincia, el Municipio, la Universidad y los Hospitales Civiles, en los que se reconoció a la Provincia autonomía de funciones y gestión en materia de asistencia y la obligación de efectuar “La hospitalización de los niños enfermos” asistido por el Brefotrofio provincial en los pabellones adyacentes del instituto Gaslini, con la construcción de una nueva sede del Brefotrofio justo en el hospital Gaslini. El traslado a la nueva sede se completó en 1938 y el Brefotrofio provincial pasó a denominarse Instituto Provincial de la Infancia (Ipi). En 1947 se disolvió el consorcio, pero el Ipi permaneció en el complejo Gaslini, a cambio de una renta anual pagada por la Provincia, por los veinte años siguientes. En 1953 hubo otro y definitivo cambio de nombre: el Ipi pasó a ser el Instituto provincial de protección y asistencia a la infancia, es decir Ippai, y finalmente en 1967 se inauguró la nueva sede en Quarto, que se mantuvo en funcionamiento hasta 1978 cuando se iniciaron una serie de nuevas normativas (nuevo derecho de familia, leyes para cuidar de la maternidad, regulación de la interrupción voluntaria del embarazo, consultorios, escuelas infantiles); luego se inició el cierre progresivo de Ippai con transición de asistencia-alojamiento a los servicios abiertos con introducción de los familiares en la política de atención a la infancia. En 1976, los niños abandonados alojados en el Ippai di Quarto eran todavía 420.
El Archivo Histórico Ippai conserva muchos objetos, pero también decenas de registros donde se anota escrupulosamente toda la información relativa a los niños alojados: hora y día del nacimiento, día del bautizo, fecha del parto y hora de separación de los brazos de la madre. Y recoge conmovedores testimonios de una costumbre de las madres que abandonaban a sus hijos en la rueda, la de dejar una bolsa de algodón con un objeto partido por la mitad o mutilado de una parte, para que la madre, que se quedase con la parte faltante, pudiera ser reconocido en el caso de un futuro reencuentro: podría ser una medalla partida en dos, un arete desparejado, una cofia blanca con una cinta cortada, un rosario al que le hubieran quitado el crucifijo. Incluso hoy, personas que investigan su origen vienen de Génova, Liguria, y también del resto de Italia y desde el extranjero al Archivio degli Esposti.
Precisamente esta singular característica muy conmovedora del Archivo, que no es destino como muchos otros archivos históricos, a saber, solo para investigadores y estudiosos, sino también para personas en busca de su origen familiar, impone reglas muy estrictas de acceso.
De hecho, para este archivo son válidas no sólo las normas generales que rigen el acceso a los documentos (Ley 241/90) y el tratamiento de datos a que se refiere el propio GDPR, sino también diversas normas especiales que regulan el acceso a determinados datos que allí se encuentran. Para algunos de esos contenidos se prevé de hecho un alto nivel de protección.
En primer lugar, la ley del 4 de mayo de 1983, n. 184 que regula la posibilidad de acceso del adoptado a la información sobre sus orígenes biológicos. En particular, el artículo 28 prevé en el comma 5 que la persona adoptada, a la edad de 25 años (o a la mayor edad si existen graves motivos de salud), puede acceder a la información relativa a sus padres biológicos mediante una solicitud que debe presentarse ante al Tribunal de Menores del lugar de residencia. Sin embargo, esta posibilidad queda excluida cuando la madre haya valido del parto anónimo en conformidad con el artículo 30 del Decreto Presidencial n. 396 de 2000, solicitando así no ser nombrada en los documentos de estado civil (comma 7).
Luego el artículo 93 del Decreto Legislativo 196/2003, conocido como ‘Código de Privacidad’, modificado por el Decreto Legislativo 101/2018, que prevé el transcurso de al menos 100 años para acceder al certificado de asistencia al nacimiento o registro médico que contiene los datos personales de la madre que ha declarado que no quería ser nombrada.
En los casos y para los datos no regidos por estas normas, se aplica el Decreto Legislativo. 22 de enero 2004, núm. 42 “Código del patrimonio cultural y del paisaje” que en el art. 122, comma 1, establece pautas para el acceso a los documentos conservados en los archivos históricos de las instituciones públicas:
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- los documentos que contengan datos sensibles y datos judiciales de carácter penal están disponibles para consulta después de 40 años a partir de su fecha; datos sensibles son los datos personales que revelen el origen étnico, creencias religiosas, filosóficas o de otro tipo, opiniones políticas, afiliación a partidos, sindicatos, asociaciones religiosas, filosóficas, políticas, sindicales;
- los documentos que contienen datos personales relativos a la salud, la vida sexual o situaciones confidenciales de carácter familiar, por el contrario, llegan a estar disponibles para su consulta después de 70 años de su fecha inicial.
Hasta la fecha, el Archivo se encuentra en salas cerradas al público en la sucursal de la Ciudad Metropolitana de Génova, en Quarto. Solo pueden acceder a él los tres empleados de la unidad operativa 'archivo/protocolo', quienes reciben solicitudes de acceso, consultan documentos y dan respuestas a los solicitantes en conformidad a las normas antes mencionadas. A la fecha, la mayoría de las solicitudes de acceso provienen de la Procura que se encuentra en el Tribunal de Menores, a la que acuden quienes desean acceder a los datos de su madre biológica. También hay solicitudes de acceso directo, muchas desde el exterior, de personas que quieren reconstruir sus orígenes o de estudiantes para investigaciones históricas y sociológicas.
Sin embargo, la naturaleza de los datos y el estado de conservación no siempre optimal, especialmente en el caso de los documentos y objetos más antiguos, exigen especial cautela en su búsqueda, consulta y manipulación para salvaguardar la integridad del archivo mismo como exigen los artículos. 3, 29 y 30 del mencionado decreto legislativo n. 42/2004.
Por estos motivos, la Ciudad Metropolitana de Génova ha denegado el acceso público a este archivo, limitando el acceso únicamente al personal autorizado, tal como se ha descrito anteriormente.